Carta abierta al equipo de GlobalSuite Solutions
Antonio Quevedo, CEO de GlobalSuite Solutions
Los vikingos conquistaron parte de Europa y del mundo gracias a ese incansable ritmo de seguir remando, remando y remando sin parar, porque cuando ya parecía que estaba todo hecho, siempre había una voz que les exigía un poco más, un último golpe de remo más fuerte para continuar a flote y que el barco no se hundiera.
Remar, Remar, Remar
Una palabra que, repetida tres veces, resume una filosofía de vida. Siempre que lo digo, siempre que lo escribo, trato de trasladar a cada uno de vosotros lo que para mí supone una compañía como la nuestra. Cualidades como la adaptación a las circunstancias, la maniobrabilidad, la ligereza, la ventaja táctica y, sobre todo la fuerza, el empuje y el trabajo que guían nuestros devenires profesionales, resumen todo lo que nos define, lo que hemos hecho durante todos estos años y lo que estamos llevando a cabo ahora, y no es otra cosa que remar más que nunca contra la pandemia.
La creación de una compañía representa muchos retos, y en nuestro caso, coincidió con la crisis de la década anterior lo que supuso un reto incluso mayor. En estos primeros años aprendí a través de las personas que me acompañaron en esta aventura mi primera lección como responsable de una empresa. Me demostraron que, a través del trabajo en equipo, el empuje y la constancia se construyen los cimientos fuertes y robustos para seguir adelante.
Por eso ahora, en esta situación actual de pandemia, probablemente la más compleja de la historia de GlobalSUITE Solutions creo firmemente que el equipo y las personas son el valor más importante.
Empresa, personas y trabajo
Se habla mucho del ADN de las empresas, la cultura de empresa y demás tópicos. Hace mucho tiempo alguien me dijo que criado un hijo criados todos y que un empleado es una preocupación y dos empleados dos preocupaciones, este símil me ayuda y lo hago mío en este contexto. Cada uno de vosotros sois una preocupación para mí, diferente, no ajena, cada uno tenéis vuestros sueños y anhelos que en el fondo forman parte de mi día a día y en base a los cuales también tomo las decisiones.
A todos los integrantes de la organización: los que estáis desde el origen, los que os fuisteis sumando al equipo poco a poco, los últimos en llegar y la gente de fuera de España, que han confiado en nuestro proyecto cuando seguramente tenían otras oportunidades más allá de apostar por una empresa pequeña y de fuera de su país. Gracias a todos vosotros, estamos donde estamos.
Todos conocéis nuestra idea basada en cuatro principios: Trazabilidad, Automatización, Centralización y Monitorización. Es un valor que aportamos a las empresas, que todos tenemos interiorizado y que usamos casi sin pensar. Ahora, estas cuatro claves se transforman en: Trabajo, Autoexigencia, Compromiso y Misión.
Ayudar a las organizaciones a nivel mundial a gestionar y cumplir con las leyes, normas y estándares de obligado cumplimiento o voluntario” desde ese prisma, nuestra misión la estamos cumpliendo.
¿Por qué tengo esa admiración por el pueblo Vikingo que es tan ajeno a nosotros?
Eran aguerridos, leales y unos magníficos comerciantes. Además, tenían otra cosa de la que yo siempre he presumido en nuestra empresa, tenían “Alma” y entenderlo en un sentido metafórico del ser y del estar. Ese “Alma”, esa realidad, ese sentido de pertenencia a algo es el que nos hace ser grandes y lo que nos hará crecer más aún. Precisamente, ese sería el ADN de empresa o “cultura de empresa” que nos representa.
Os pido paciencia, esfuerzo y redoble de tambor para seguir trabajando como siempre.
Remar, Remar, Remar